La extrusión se utiliza, entre otras cosas, para transformar masas de conformación de plástico (material polimérico o compuesto) en mangueras, láminas o tubos de gran longitud. Para ello, el material plastificado se prensa de forma continua a través de una herramienta de moldeo.
En la extrusión, se suelen fabricar productos a partir de termoplásticos. El proceso se realiza de forma continua y en varias etapas. Las materias primas se introducen en un cilindro donde se funden, homogeneizan y desgasifican mediante un husillo de plastificación. Por norma general, se suelen emplear sistemas monohusillo, aunque, en ocasiones, también se utilizan sistemas de doble husillo o multihusillo. La masa plastificada se introduce a presión de forma continua a través de una herramienta con un orificio de moldeo (tobera, matriz o boquilla). De esta manera, se produce un cuerpo continuo con la misma sección que el orificio. A continuación, el material extruido pasa por un tramo de calibrado y refrigeración, en el que se estabiliza y se refrigera en su forma final. Como el proceso se ejecuta de forma continua, al final de la línea de extrusión se suele instalar un sistema de corte a medida en combinación con una unidad de aglutinado y embalaje para el producto final. Si el producto final se compone de varias capas, se utilizarán diversas extrusoras en una misma herramienta. Este proceso se denomina coextrusión.